- Llaman a personas adultas mayores a tener precaución
La Secretaría de Bienestar e Inclusión Social (Sebiso) hace un llamado para que las personas adultas mayores de 60 años prevengan golpes de calor y deshidratación.
De acuerdo con la gerontóloga del Instituto para la Atención de las y los Adultos Mayores del Estado de Hidalgo (IAAMEH), Mariana Rojo, esta es una temporada complicada para este sector, debido a que por sus padecimientos crónicos tienen que realizar acciones muy específicas.
¿Qué son los golpes de calor y la deshidratación?
Un golpe de calor es el aumento súbito de la temperatura, que puede pasar los 40 grados Celsius, el cual es causado por la exposición prolongada al sol o por realizar grandes esfuerzos en lugares en extremo cálidos, húmedos o con poca ventilación.
La deshidratación sucede cuando el cuerpo usa más líquidos de los que ingiere y, por ende, no tiene suficientes fluidos para llevar a cabo su funcionamiento regular.

Recomendaciones
Por lo anterior, se recomienda a las personas adultas mayores hidratarse regularmente durante el día, cuando menos con litro y medio de agua.
Se puede ingerir sueros orales, sin embargo, debe regularse el consumo en pacientes diabéticos, puesto que estas bebidas contienen sales y azúcares en exceso, por lo que, de consumirlos, deben rebajarse con agua natural.
La vestimenta es importante: hay que utilizar ropa ligera, fresca y que brinde comodidad.
Se debe de tener en cuenta la protección en la piel, que se vuelve más sensible en esta temporada, por lo que hay que usar bloqueadores solares.
Es trascendental la ventilación en el hogar, a fin de generar corrientes de aire y así tener espacios más frescos.
Síntomas
Los golpes de calor pueden identificarse por tener temperatura corporal elevada, piel seca, dolor de cabeza, ritmo cardiaco acelerado, fatiga, sed, náuseas, vómito, somnolencia, espasmos musculares y, en casos avanzados, convulsiones y pérdida de conciencia.
¿Qué hacer?
En caso de presentarse un golpe de calor, es necesario colocar a la persona en un lugar fresco y con buena ventilación, aplicar paños húmedos (especialmente en la frente y nuca), ofrecer sorbos de agua y, lo más importante, buscar atención médica en la unidad de salud más cercana.